Los
esclavos eran personas que no tenían ningún derecho. Algunos se ocupaban de tareas muy duras, como el trabajo en las minas; mientras que otros eran criados domésticos e incluso capataces o administradores de las grandes fincas de los patricios. Algunos esclavos conseguían la libertad -
manumisión - porque sus amos se la concedían o porque pagaban su rescate con el dinero que ahorraban de su trabajo. Entonces pasaban a ser
libertos.
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